top of page

Teatro y jóvenes espectadores.

  • Liliana Rojas
  • 26 mar 2015
  • 2 Min. de lectura

Cabeza Blogteatro y jovenes.jpg

El fin de semana pasado tuve la compañía de mi sobrina de tres años por un día entero. Armadas con sandwiches y jugo, fuimos con Dante (27) al 8º Maratón de Teatro para Niños y Jóvenes. Llegamos justo a tiempo para ver el espectáculo "Un tutú muy apretado" de la compañía Diversa Mx.

Yo le había rogado a Fernanda que se asegurara de no salir al baño. Después de los cinco minutos ella quiso salir al baño. En fin, regresamos y ella permaneció atenta por más de media hora. Luego quiso moverse. "Mira, esa persona que está ahí, está viva. No da igual que le pongas o no atención. No da igual que estés o que no estés atenta." No sé si en ella esas palabras hicieron sentido como en mí. Pero se mantuvo atenta y al final quiso ir a abrazar a la actriz, como otros niños.

Yo y Dante reímos mucho con la obra que se trataba de una niña con sobrepeso que quería bailar un solo de ballet. En el Maratón se ofrecían muchas puestas en escena para niños gratuitas. No había muchos lugares vacíos. Este evento fue generado por CONACULTA en el Centro Cultural del Bosque.

Considero que el alcance de este tipo de eventos no debe ser subestimado. De la misma forma, no tiene que parecer suficiente. Los niños tienen grandes lecciones que aprender sobre la vida cívica en el teatro. Eso es, además, la menor de las cosas. Ir al teatro les da ganas de leer, ayuda a formar su criterio e identidad cultural y a reconocer al otro, al diferente.

Puedo decir que los artistas escénicos en las grandes ciudades tenemos la responsabilidad y el deseo de formar espectadores y de convertirnos en mejores espectadores.

Cuando estés en escena, me decía una amiga, siempre debes darlo todo porque nunca sabes a quién puedes salvarle la vida. Los amantes del teatro sabemos que a veces la experiencia del teatro nos lleva a facetas no exploradas en nuestra percepción. Sin embargo, como creadores, el acercamiento al público no tiene ninguna pretensión redentora. Aún así, el teatro puede convertirse en el lugar para poner en cuestión la censura, para asegurarnos que nadie subestima nuestra inteligencia y para descubrir y perfeccionar nuestra capacidad de decidir.

NUNA estará tomando ciertas cartas en el asunto próximamente.

De todas formas, ver el mar e ir al teatro deberían ser derechos humanos. Ambas acciones, por cierto, son absoluta y relativamente poetizables.


 
 
 

Comments


Entradas destacadas
Últimas entradas
Archivo
Comparte
Síguenos :
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • c-youtube
bottom of page